La semana pasada arribó a Netflix “El cartero y el fotógrafo: el crimen de Cabezas”, un documental original de la plataforma que previamente tuvo su estreno en BAFICI.
El film de menos de dos horas de duración reúne los testimonios de diversas personas que fueron parte de la investigación del caso, otros periodistas cercanos al fotógrafo asesinado y también políticos que formaron parte del paisaje de fines de los 90.
A través de testimonios y material de archivo se logra pintar el panorama socio político de la argentina a fines de la década: el reinado del menemismo, el jet set unido a la política, la reciente recuperación de la democracia y una importante presencia de la prensa.
El crimen de Cabezas instó a una movilización popular que también sirvió como cristalización del hartazgo de la sociedad frente a la impunidad de los poderosos. Con gran detalle, la película explica cómo se llegó a la conclusión de Alfredo Yabrán fue uno de los ideólogos del asesinato al fotógrafo de la revista “Noticias”.
No se olviden de Cabezas
Uno de los puntos más interesantes del documental de Netflix es cómo plantean la diferencia en hablar de este asesinato como “caso” y no como un crimen. Al estar involucrados los testimonios de la familia del fotoperiodista, también se consigue la sensibilización en el espectador, la empatía y la importancia de conservar la memoria de Cabezas como el sincretismo de una sociedad oponiéndose a un poder destructor y con comportamientos que no corresponden a una sociedad democrática.