Con el verano los días son más largos y la temperatura acompaña para comer más liviano.
Esta temporada es la elegida por miles de personas para empezar un proceso de descenso de peso. Para eso no es necesario matarse en el gimnasio o dejar de comer, hay algunos hábitos saludables que pueden ayudarte y que si comenzás a aplicarlos ahora serán más fáciles de mantener durante todo el año.
Desayunar bien
Los profesionales de Cuestión de Peso no se cansan de recordarles a sus pacientes la importancia de la primera comida del día, que es la que le da energía a nuestro cuerpo para que rinda bien durante toda la jornada.
¿En qué consiste un buen desayuno? Acá te dejamos algunas opciones saludables preparadas por nuestro chef Paco Almeida.
Comer lentamente
Varios estudios demostraron los beneficios de dedicar el tiempo y la atención necesarios a cada comida para poder disfrutarla y sentir la saciedad cuando corresponde. Llevar un registro de lo que ingerimos es una buena opción para encarar el descenso de peso.
Este proceso permite que el cuerpo le informe a nuestro cerebro que ya está lleno y no ingeriremos comida de más. Es importante también optar por la menor cantidad de comida procesada e inclinarnos por preparar nuestros propios platos.
Para inspirarte podés buscar las recetas de Cuestión de Peso en nuestra web.
Evitar el alcohol
Aunque las reuniones veraniegas seducen con bebidas alcohólicas, alejarse es una manera de desintoxicar el organismo, además de reducir las calorías ingeridas.
Luego de que el reto “Enero sin alcohol” se expandiera por Reino Unido, la Universidad de Sussex realizó un estudio en el que comprobó que aquellas personas que completaban el mes sin tomar bebidas alcohólicas consumían menor cantidad de ellas durante el resto del año.
Caminar más y mejor
Las buenas temperaturas son ideales para inclinarse por la actividad física. La Organización Mundial de la Salud recomienda realizar 2 horas y media de ejercicios moderados por semana, por lo que la caminata es una buena opción para evitar lesiones. Un primer paso es reemplazar el transporte público o el auto por la bicicleta o las zapatillas deportivas. Una vez que ya hicimos lo más difícil (empezar) podemos incluir la técnica de subir y bajar la intensidad de la caminata en intervalos de 30 segundos a 1 minuto. Esto puede incrementar la pérdida de peso en un 25%.
Hidratarse y comer más fruta
El agua es clave para los días de calor, ayuda a que el organismo funcione correctamente y depure las toxinas. Asimismo, la fruta es una aliada de la temporada que debe ser incorporada a la dieta, tanto en el desayuno como en las colaciones.
Elegí la fruta que se encuentre en temporada, como el melón, la mandarina y las naranjas, cuyo contenido líquido genera saciedad con bajo aporte calórico.