En marzo de este año, el agente de la policía neuquina Nicolás Leopoldo López fue a visitar a su amigo Diego Escobar al taller mecánico donde trabajaba. En medio de la charla, el integrante de las fuerzas de seguridad provinciales y autorizado por el Estado a portar armas letales, quiso hacerle una broma y, luego de apuntarle con su pistola reglamentaria, gatilló pensando que la misma estaba descargada.
El resultado de tremenda inconsciencia y falta de capacitación fue que el disparó salió e impactó directo en el pecho de su inocente amigo quien murió en el acto a causa de una estupidez imperdonable en un miembro de la policía.
El Tribunal Oral neuquino decidirá este martes cómo califica la inexplicable conducta del policía y que pena aplicará. La fiscal Silvia Moreira pidió que se declare la responsabilidad penal del policía por haber disparado a quemarropa con su arma reglamentaria.
El crimen por el que será juzgado López tiene una pena mínima de 10 años y cuatro meses de prisión y está calificado como “”homicidio con dolo eventual, agravado por el uso de arma de fuego”.
“El primer día del juicio dijimos que íbamos a poder acreditar que el imputado mató a Diego Escobar. Entendemos que con la prueba que dimos estos días ha quedado comprobado” aseguró la fiscal. Ahora queda por definir si el homicidio fue doloso o culposo, es decir si hubo o no intención de matar. Eso lo decidirá el Tribunal este martes quien tendrá que expedirse sobre “la línea delgada entre ambos conceptos”.