Una obra de arte generó furor en las redes sociales durante la última semana, no por su esencia sino por el desopilante hecho que la involucró.
Es que la obra del artista italiano Maurizio Cattelan, que fue vendida a un coleccionista francés por 120.000 dólares, consistía de una banana pegada a la pared con cinta aislante y sufrió un trágico “final”.
La polémica comenzó cuando el artista plástico David Datuna despegó la banana que se encontraba en exposición en la galería Perrotín en Miami y se la comió ante la atónita mirada de los espectadores.
El momento fue registrado en las redes sociales de Datuna, quien aseguró que no realizó la actuación como una estrategia o publicidad, porque ya cuenta con muchas instalaciones artísticas alrededor del mundo.
“Encontremos otra banana, porque él no se comió ‘la banana’, es ‘una banana’. Yo también me comí otra ayer por la noche”, aseguró el dueño de la galería Emmanuel Perrotín quien explicó que la fruta podía ser reemplazada.
La banana en cuestión fue repuesta y protegida por un cordón de seguridad para preservar la obra.