Luego de que los encargados del juicio por Vialidad Nacional solicitaran un pedido de 12 años de condena contra Cristina Fernández de Kirchner y la inhabilitación de por vida a ejercer cargos públicos; diversos grupos de manifestantes en contra de la vicepresidenta realizaron ayer por la noche un cacerolazo frente a la casa de la ex presidenta en Recoleta.
Los integrantes del grupo, en su mayoría vecinos de la zona, llevaban pancartas con mensajes como “Chorra fronteriza”, acompañados de insultos y brutales imágenes con la cara de la ex mandataria. De fondo se escuchaban bocinazos de vecinos a modo de festejo y abundaban los abrazos entre ellos al conocer la última novedad de la causa.
Por su parte los simpatizantes y militantes de Cristina comenzaron a “copar” el lugar de a poco alzaron banderas apoyando a la misma y declararon ante la prensa que el evento se trató de “una persecución judicial”.
Con ambos bandos en el mismo lugar comenzó a generarse tensión; los efectivos de infantería de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires crearon un cerco para separar a los dos grupos, solicitando que se dispersaran, como no lo hicieron: los efectivos empujaron con los escudos, entre bastonazos y gas pimienta lanzados en la cara de los militantes kirchneristas.