El 21 de enero de 2019 se estrelló el avión que trasladaba a Emiliano Sala de Nantes hacia Cardiff y se empezó a conocer la historia del futbolista. En medio de la investigación, de datos familiares y de otros profesionales, apareció una foto que enterneció a todos.
Es que Romina, su hermana, subió a Facebook una imagen de una perrita mirando hacia afuera de su casa a través de una puerta de vidrio, como ansiosa por la llegada de su humano. La leyenda lo decía todo: “Nala también te espera”.
Luego de que encontraran el cuerpo de Emiliano en el Canal de la Mancha, claro que el foco permaneció en que se esclareciera lo sucedido: por qué el avión no estaba en condiciones; por qué no aparecieron restos de David Ibbotson, el piloto; por qué habían cambiado al tripulante; y muchas preguntas más. Pero la familia también pensó en llenarse de afecto.
En septiembre de 2015, Emiliano adoptó a Nala, que ya era adulta. Solían ir al Loire River, Saint Nazaire o al Paimboeuf, donde él pescaba y ella se divertía en la orilla. Por eso, por el amor que se tenían y la compañía que se hacían uno a otro, los familiares del delantero no dudaron ni un segundo en seguir brindándole a la perra ese mismo cariño.
Nala vive en Progreso, con Mercedes Taffarel -mamá de Emiliano- y Darío -su hermano-. En esa casa hay fotos del jugador por todos lados y, aunque ya no tiene un río cerca, suele meterse con frecuencia a la pileta, según reveló Infobae. Además logró gran afinidad con Augusto, hijo de Romina, como ella misma publica en sus redes sociales.
¡Mirá las fotos de Nala hoy!