Diego Maradona revolucionó el fútbol mexicano al asumir como entrenador de Dorados. Luego de levantar al equipo de una mala situación, volvió a caer en un pozo en el Ascenso de ese país, pero su realidad es otra en la Copa MX.
Es que los de Sinaloa marchan con paso firme. Por los octavos de final tenían enfrente a Atlas, uno de los grandes de Primera División. En los 90 minutos reglamentarios fue empate en cero y llegó la tanda de penales, donde Gaspar Servio se lució.
El exarquero de River y Banfield convirtió el último tiro para acceder a cuartos: salió disparado hacia el banco para abrazar a Diego, su ídolo y entrenador.
Enseguida el resto de los futbolistas se sumaron al festejo, produciendo una avalancha sobre el 10, quien no ocultó su felicidad.
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