Mauricio Pochettino no sólo tuvo una destacada carrera como futbolista, sino que en la actualidad ha alcanzado una alta consideración como entrenador. Sus condiciones no sólo se basan en resultados, sino que la escuela que implementa -y deja- inspira a colegas.
Pasó a la historia grande de Tottenham luego de la agónica clasificación a la final de la Champions League, tras eliminar a Ajax. Los futbolistas destacaron la importancia de las palabras y la motivación de Poche. Pero su liderazgo data de hace tiempo.
En 2013, cuando dirigía a Southampton, el santafesino hizo caminar a sus jugadores sobre brasas. ¡Y él también las pisó! El objetivo era demostrar que, cuando alguien tiene miedo o cree que no puede hacer determinada actividad, siempre hay posibilidades de que sí sea posible realizarla y superar un obstáculo. Sobre todo, si es en grupo, con unión y confianza. Morgan Schneiderlin, volante de aquel equipo, no dudó: “Nos dimos cuenta de que nunca estamos al 100% de nuestra capacidad y que siempre tenemos un 10% que queda en nuestro cuerpo. Siempre podemos llegar a la cima”.
El oriundo de Murphy tomó esta idea del libro “Jugar con el corazón“, de Xesco Espar, exentrenador de handball de Barcelona, experto en motivación. Incluso él mismo se acercó a Southampton para colaborar con Mauricio.
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