Roger Federer da la imagen de deportista ideal, ese modelo al que todos quieren imitar y cuyos secretos desean conocer para acercarse a ese prototipo, por más inalcanzable que parezca. Sin embargo, detrás de su exitosa carrera, hay un ser humano que tiene debilidades y una de ellas radica en las delicias culinarias.
Es que el suizo de 37 años (el 1° de agosto cumplirá 38) sigue en la elite del tenis mundial (es N°3 del mundo) y continúa ganando títulos (tiene 101, a ocho del récord de Jimmy Connors). Lo más llamativo en su nivel es que ni siquiera los más jóvenes pueden marcar una diferencia desde lo físico, ya que con su técnica y buenas estrategias saca adelante los grandes partidos.
Para los deportistas, el entrenamiento es muy importante, pero en el mismo nivel se encuentran otros dos ítems: el descanso y la alimentación. ¿Qué come Roger? Bueno, a diferencia de esas dietas estrictas, limitadas en carbohidratos o con el menor contenido graso posible, Su Majestad se da los lujos que quiere.
El medio Business Inside recopiló datos sobre la dieta del ganador de 20 Grand Slams:
Desayuno: come waffles con frutas frescas y mermelada de frambuesa, acompaña con jugos exprimidos, café y unas gotas de vinagre.
Antes de los partidos: no puede faltar el plato de pastas. Admitió que lo hace dos horas antes de jugar y esta metodología la mantuvo durante los últimos 20 años.
Durante los partidos: bananas, barras y bebidas isotónicas.
Algunos gustitos: “Soy un amante de los restaurantes italianos, japoneses e indios”, avisó. Pero siempre se deja un hueco para el último plato: el postre, donde manifiesta su fuerte gusto por el chocolate, el helado y las golosinas. “Es parte de mi dieta. Me gustan los dulces y no me siento mal por eso. Puedo hacerlo y jugar al tenis”.
Comida suiza: Federer tiene debilidad por el queso. Suele comer fondue y raclette (es un queso semicurado que se derrite y se raspa en un plato).
Bebidas alcohólicas: consume un poco después de grandes logros, aunque una vez confesó que se pasó de copas. Fue tras ganar Wimbledon 2017, estuvo hasta las 5 de la mañana con 40 personas entre familiares y amigos: “Mi cabeza está sonando, no sé qué hice ayer”, dijo a los medios al día siguiente.
¡Mirá en la galería a Roger disfrutando de sus platos favoritos!