Se acabó el desconcierto: la final de la Copa Libertadores 2019 se jugará el 23 de noviembre en el estadio Monumental de Lima. Así lo dispusieron la Conmebol y las autoridades citadas a una reunión que duró toda la tarde de este martes.
Hubo cumbre entre los presidentes pertinentes, Alejandro Domínguez, por la entidad que regula al fútbol sudamericano; Rodolfo D’Onofrio, por River; Rodolfo Landim, por Flamengo; Claudio Tapia, por AFA; Rogério Caboclo, por CBF; y Sebastián Moreno, por ANFP.
Las opciones eran muchas, pero todas sacaban a la final de Chile por el caos social que se vive allí. Sonó como posible sede La Nueva Olla, de Asunción; el Atanasio Girardot, de Medellín; y hasta algún estadio de Miami.
El cambio de escenario es positivo por muchos aspectos. El primero es por lo razonable, dado que las condiciones no estaban dadas para que se disputara en el país trasandino. El segundo es la capacidad del estadio. El Monumental de Lima tiene lugar para 80.093 personas, mientras que el Nacional de Santiago sólo para 48.665. El tercero es que los traslados ni el clima no incomodan a ninguno de los dos equipos finalistas -River no quería jugar en Asunción por las altas temperaturas-.
Mirá cómo lo informó la Conmebol.