Gabriel Omar Batistuta es uno de los grandes goleadores argentinos de todos los tiempos y revalidó esa faceta en la Selección. Sin embargo, su última imagen con la camiseta albiceleste fue llorando, eliminado en primera fase del Mundial de Corea-Japón 2002, una herida que para los fanáticos del fútbol será eterna. En torno a esa Copa del Mundo, el apuntado siempre ha sido Marcelo Bielsa.
Justamente el Loco fue quien promovió a Bati en las inferiores de Newell’s y no dudó en que fuera su centrodelantero titular -por encima de Hernán Crespo-. Como invitado en PH, Podemos Hablar, Batigol recordó: “Esa fue la última vez que vi a Bielsa, un momento tristísimo. Éramos la selección que debía ganar el Mundial. Habíamos arrollado en las Eliminatorias, éramos candidatos y habíamos hecho todo lo que teníamos que hacer. No había nada para reprocharse”.
Pero enseguida cayó en la cuenta de que volvieron a encontrarse hace poco tiempo, de manera casual y así relató la anécdota.
“Hace poco, estaba en un hotel del centro de Buenos Aires. Bajé para desayunar, tenía un vuelo más tarde. Salgo del ascensor y el tipo estaba hablando con otro técnico, un mexicano, que había venido a consultarlo. Él estaba de espaldas. Lo vi y dije ‘¿qué hago? ¿lo saludo o no lo saludo?’. No tuve otra elección que ir a saludarlo, porque el mexicano me vio de frente, Bielsa se dio vuelta. ‘Míster, ¿cómo está, tanto tiempo?’. Me dio la mano, seco como Bielsa. Y me voy a desayunar. Estaba desayunando y digo: ‘No puede ser que a los 50 años no diga lo que siento’. Eso pensaba, solo. Terminé de desayunar y antes de irme voy y lo abrazo. Fue uno de esos abrazos del alma, que te dicen todo, no hacen falta palabras. Le dije lo que lo admiraba, lo que lo quería. Medio que lagrimeó, porque él también me dijo ‘Bati, yo también lo admiro mucho’. Fue muy emotivo. Me gustó decírselo, porque si no lo hacía, me hubiera perdido ese momento”.
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