Juega como en el patio de su casa. No hay llovizna ni vientos arremolinados que frenen su marcha. Rafael Nadal es el dueño absoluto de Roland Garros y lo demuestran sus números y su juego.
Esta mañana disputó la semifinal ante Roger Federer y en 2 horas y 25 minutos se sacó al suizo de encima. Fue 6-3, 6-4 y 6-2, con momentos de altísima brillantez y un tiro que lastimó a su rival: el revés cruzado.
El capítulo 39 de esta rivalidad fue digna de sus duelos en polvo de ladrillo, con un dominio abrumador de Rafa. El historial está 24-15 para el mallorquín y se desglosa de la siguiente manera: 10-3 en Grand Slams; 14-2 en tierra batida; 6-0 en Rolanga. Además, el balear cortó una racha de cinco caídas consecutivas ante el helvético, a quien no superaba desde las semifinales del Australian Open 2014 y a quien no le quitaba un set desde el cuarto del primer Major de 2017 -desde allí, perdió los siguientes siete parciales de manera consecutiva-.
Nadal accedió a su 12° final en París, donde ganó las 11 definiciones anteriores. Su récord allí es impactante: 92 triunfos y apenas dos derrotas. Desde su debut con título en 2005, cayó por primera vez en cuartos en 2009, ante Robin Soderling -el campeonato fue para Federer-. En 2015 perdió en cuartos ante Novak Djokovic, a la postre campeón. Al año siguiente se retiró en tercera ronda por una lesión en la muñeca.
El zurdo de 33 años definirá el título el próximo domingo, ante el ganador de Nole y Dominic Thiem.
Así cerró el partido Rafa.