El lunes empezó con una horrible noticia: a las 8:30 hrs., Axel Menor (presidente de la Liga Santafesina) anunció que habían hallado muerto a Julio César Toresani, exfutbolista de 51 años.
Lo encontraron ahorcado en la habitación que la entidad de fútbol de Santa Fe había armado para él. Tomó siete pastillas, desenchufó el aire acondicionado y se colgó con ese cable.
Se hospedaba en el predio de Zabala al 10800 hacía dos meses, con un pico de depresión muy alto. Es que se separó en malos términos, no podía ver a sus cuatro hijos y todo esto acarreó, además, problemas económicos por la división de bienes. A ese escenario se agrega que estaba sin trabajo, hasta que la Liga lo ayudó.
Aquejado por la situación, intentó quitarse la vida hace dos semanas. Ingirió pastillas, pero el personal de servicios médicos intervino velozmente. Lo trasladaron al Hospital Provincial Dr. José María Cullen, le realizaron un lavaje de estómago y a las 72 horas estaba en el ruedo otra vez.
El Huevo jugó en debutó en 1986 en Unión. Pasó por Instituto, River, Colón, Boca, Independiente, Audax Italiano (Chile) y se retiró en Patronato, en 2004. Incursionó como entrenador sin mayor trascendencia. En 2013 venció a un cáncer del tipo linfoma no-Hodking, que afecta a los ganglios linfáticos.
Además de su intento de suicidio hace pocos días, Toresani usó sus últimas horas para avisar que el trágico final se acercaba. Lo hizo por medio de sus estados de WhatsApp.
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