Cada uno pasa la cuarentena por el coronavirus donde puede y de la manera en que le es posible. Luli Torn, por ejemplo, lo hace en una isla paradisíaca, disfrutando de la playa y lejos de los riesgos de la pandemia.
La actriz de Argentina, tierra de amor y venganza emprendió un viaje de entre tres y cuatro meses con amigos. Recorrieron Tailandia, Vietman y Camboya, para luego conocer Malasia, Singapur y Filipinas. Uno de los últimos destinos sería Bali, donde ya tenía sólo una ladera. Allí se separaron, porque su acompañante hacer un retiro de yoga y ella prefería un curso de buceo. Así, se quedó en el lugar.
Como en Bali no tomaron medidas rígidas de prevención, Luli prefirió viajar a Gili Trawangan, una isla de apenas 300 habitantes y donde no hay contagiados de COVID-19. En diálogo con Teleshow, reveló que apenas tiene algunas prendas para cambiarse cada día: “Agarré tan poca ropa porque pensé que me quedaba cuatro o cinco días y que me volvía cuando se acomodaba todo”.
Enseguida, explicó porqué no regresó a la Argentina cuando su amiga lo hizo. “O me volvía a mi casa para estar encerrada en mi departamento sola y pasar la cuarentena o me quedo acá y voy viendo lo que sucede, así que acá estoy”, reveló e hizo hincapié en que allí está absolutamente aislada porque por la cantidad de gente el distanciamiento social se da naturalmente.
Apenas unas jornadas después de que ella decidiera quedarse allí, las autoridades cerraron las actividades de la isla, pero la playa está abierta y disponible, por lo que Luli disfruta a diario de la arena y el mar.
Además, vive una historia de amor con Tom, su instructor de buceo, con quien profundizó su relación porque él alquilaba habitaciones de su casa: “Esa noche fuimos a tomar algo y desde entonces no nos separamos ni un solo día”. La actriz dejó en claro que su vínculo con el belga: “Estar con él fortaleció mis argumentos para quedarme, me siento cuidada y con él. No tendré ropa, pero tengo felicidad”.
“De repente tengo la posibilidad de vivir una experiencia en una isla. Con una historia de amor, si se quiere. Yo soy de aprovechar las oportunidades y que me quede una gran anécdota. Ya voy a tener tiempo para volver y estar en mi casa. Hay gente que realmente la está pasando mal y necesita regresar. A mí si me dicen que me tomo un avión en dos semanas o un mes, está bien. No sé qué pasará, pero tampoco me preocupa”, cerró.
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