Una pericia demostró que el endoscopio utilizado durante el procedimiento en el que falleció Débora Pérez Volpin funcionaba mal y que incluso tenía borrado el número de serie, con lo cual se podría pensar que fue adulterado.
El abogado Roberto Churba, quien defiende al endoscopista implicado, dio declaraciones al respecto en Chismoses y allí aseguró que su cliente niega haber perforado el esófago de Débora Pérez Volpin y que incluso hubo una junta médica que determinó que la lesión “no pudo ser causada por el endoscopio”.
También el panel consultó al endoscopista Eduardo Segal, quien desde su experiencia señaló que es imposible que un endoscopio perfore ese órgano y es por eso que resulta difícil esclarecer qué ocurrió con ese examen.
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