La niñez de Pablo Emilio Escobar Gaviria estuvo marcada por su gran habilidad en los negocios; incluso con sus hermanos demostraba sus estrategias comerciales. Uno de los episodios que se grabó en su memoria fue cuando robó un examen en la escuela y fue descubierto. Aunque su mamá lo reprendió, las palabras que le dijo en ese momento surtieron efecto para perfeccionar sus fechorías.
La madre de Pablo le recalcó que si va hacer algo malo, tiene que hacerlo bien y él puso en práctica ese consejo en sus próximas acciones.