Elisa Carrió fue la invitada de Jorge Fontevecchia en una nueva edición de “Periodismo puro” para conversar acerca de las diferencias entre el libertarismo y el liberalismo, en un marco político en el que gran parte de Juntos por el cambio se ha opuesto a las propuesta de Javier Milei.
Carrió se ha definido como liberal pero se opone radicalmente a los libertarios, ya que encuentra diferencias medulares entre la conquista de derechos, trabajar por la libertad, y el peligro de caer en gobiernos que plantean ideas cercanas al totalitarismo.
“La libertad es un camino que solo puede fundarse en una ley estructural. Solo puede haber libertad a partir de un núcleo moral“, plantea Lilita haciendo una comparación con la historia de Moisés. Justamente, hace hincapié en que el libertarismo se rige por la ley de las fuerzas.
Así, Carrió habla de la necesidad de un núcleo de normas y prohibiciones para la vida civil: “Si somos administradores de lo dado está claro que no podemos destruir nuestra posesión”, explica la abogada.
La pregnancia del libertarismo en los jóvenes
Elisa Carrió también habló de la relación entre hipercapitalismo y libertarismo: “Muchos jóvenes sustituyen la idea de libertad por la idea de goce ilimitado. El acto de goce de ilimitado no es un acto libre sino es un acto de goce sin límites. Viene el deseo, el goce, después viene la frustración lo que hace generar otro deseo. Esto hace generar un hipercapitalismo ya sea de consumo de drogas, de bienes, el hedonista sin límites”.