Matías Bagnato fue el único sobreviviente de la Masacre de Flores, el escalofriante hecho que sucedió en 1994. El tema volvió a tomar relevancia luego de la muerte del responsable del incendio, Fructuoso Álvarez González, que se llevó la vida de cinco personas.
Hoy, Matías tiene 45 años y habló en exclusiva con Toda la vida sobre el cierre que ha tenido este hecho funesto. Por un lado, confesó que no salió de su casa desde el lunes en que dio la conferencia de prensa: “No sé ni cómo salir de mi casa por el momento”.
En cuanto a los traumas que le generó la muerte de su familia, confesó que actualmente no hace terapia pero “Cuando hay situaciones puntuales como esta, sí hablo”. Además, reconoció: “Es tan difícil poner en palabras, estar en una habitación quemándote vivo, ver la casa quemándose y no poder hacer nada”.
Sobre cómo transitó durante todas estas décadas el hecho de haber quedado con vida mientras que sus padres, sus hermanos y un amigo de uno de sus hermanos falleciera, agregó: “Fueron años y años de convivir con esa culpa de lo que significa ser el único sobreviviente y más cuando es tu familia la que se murió”.
“Ser el hermano mayor también me generó una culpa terrible”, confesó Matías Bagnato y también reveló que “Durante años no quise festejar mi cumpleaños”. En lo que respecta al futuro, el entrevista siente que sus padres ahora pueden descansar en paz, con la muerte del asesino y también espera ser feliz : “Que la vida pueda ser normal”.