La crisis económica no para de impactar en la vida cotidiana de los ciudadanos argentinos: recientemente, se reportaron problemas “logísticos” en los cajeros automáticos, producto de la propia inflación que se acrecienta con el correr de los meses. Esta situación compleja ha sido motivo de muchas reuniones que llevaron a cabo los representantes de distintos locales financieros junto al Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Los inconvenientes datan de hace tiempo y se reflejaron en distintas situaciones como, por ejemplo, los cajeros no estaban siempre abastecidos y de acuerdo a la demanda de los usuarios; además, con la proliferación de las billeteras electrónicas, hizo que la necesidad de la gente -que hacía cola frente a un cajero-, disminuyó notoriamente.
Según observó Nuria Am, columnista de Economía en Modo Fontevecchia, la inflación impacta en lo que sería la carga de los cajeros automáticos: en el último tiempo, los bancos tuvieron que disponer el doble de las cargas que demandaban sus cajeros automáticos. La periodista indicó que, ésto, aumenta los costos en lo que respecta al traslado del dinero y los camiones de seguridad.
Es por este motivo que, los bancos insisten cada vez más en la necesidad de poner en circulación un billete de $5.000 o de $10.000, tal como lo ansía el propio BCRA al trascender el pedido de que así suceda con uno de $2.000, que -a estas alturas de la situación- ya “queda chico”.
Actualmente, el tope de extracción de un cajero automático es de $40.000: este es el monto que un usuario puede sacar de una sola vez, en un lapso de 24 horas. Esto genera una gran dificultad pues, muchas veces, no se puede encontrar dinero, aunque se duplicaron la cantidad de veces que los camiones de caudales van a recargarlos. Incluso, los horarios disponibles para ello.