Este viernes, la Cara Real británica confirmó la muerte de Felipe de Edimburgo, duque y esposo de la Reina Isabel II. Ahora, está en juego el título nobiliario del consorte monárquico más longevo de la Corona y por el momento,el único beneficiario sería el príncipe Eduardo, aunque también está la posibilidad de que el cargo pueda desaparecer.
Eduardo, es el cuarto hijo de la pareja y con el perfil más bajo de la familia, quién nació en 1964, pero su elección no es sencilla ya que el título no es hereditario y la única persona que tiene el poder de concederla es su madre. En ese sentido, desde que Felipe se retiró en 2017 de las obligaciones reales, él mismo habría elegido a su heredero.
El príncipe Eduardo junto a su esposa Sofía, duquesa de Wessex.
La elección se debe a que, a diferencia de sus hermanos, Eduardo no recibió por parte de sus padres ningún ducado el día de su boda como implica la tradición real, aunque sí lo hizo gracias a su esposa, Sofía de Wessex. En el caso de Carlos, primogénito y el heredero de la Corona británica, obtuvo el título nobiliario de Conrualles el día que se casó con Lady Di, mientras que príncipe Andrés logró el de York tras casarse con Sarah Ferguson.
Cabe destacar que el ducado fue creado en 1726 por el Rey Jorge I y a Felipe se lo otorgó su suegro Jorge IV, horas antes de sellar su relación con Isabel. Igualmente, esa noche se convirtió en el primer hombre en recibir que lo consiguió por casarse con un Windsor.
¿Qué privilegios tiene un duque?
El título de duque por lo general son otorgados por la realeza para los hijos que no son herederos directos al trono o en el caso de Felipe de Edimburgo, porque su suegro se lo brindó. Si bien es un título superior al de “príncipe”, tienen menos poder y privilegios que los reyes y las reinas.
A diferencia de la Reina, que no necesita carnet de conducir, pagar impuestos, pasaporte, y cuenta con dos cumpleaños, un cajero automático propio, armar un Gobierno y firmar leyes, los duques tienen el privilegio de ser “reconocidos” a nivel mundial. Es decir, tienen una vida casi común, aunque suelen recibir regalos y condecoraciones en fechas especiales.