Los barbijos permiten reducir la posibilidad de contagio de coronavirus, ya que muchas personas que portan el virus no presentan síntomas pero sí pueden infectar a otras. Es decir, no faculta la protección personal, pero sí posibilita proteger a los demás.
Es por eso que en varias partes de la Argentina se está exigiendo su uso al concurrir a espacios públicos. Desde este miércoles 15 de abril se volvió obligatorio cubrirse nariz, boca y mentón en la Ciudad de Buenos Aires y quien no cumpla con esta disposición podrá afrontar multas de hasta 80 mil pesos.
“Si tenés que salir de tu casa te recomendamos usar barbijos caseros así priorizamos los reglamentarios para el personal de salud”, fue el mensaje que dio el gobierno nacional en sus redes sociales la semana pasada.
Precisamente en ese sentido, se prohibió la comercialización de los barbijos sanitarios N95 a quienes no sean trabajadores de la salud, con el objetivo de evitar su escasez.
Y es que existen varios tipos de barbijos. Por un lado está el barbijo quirúrgico, empleado por los cirujanos para evitar exponer sus secreciones a los pacientes cuando operan o que también se utiliza por los que atraviesan infecciones respiratorias para no contagiar a otros.
Mientras que el tan nombrado N95 es más sofisticado, ya que no solamente impide que salgan gotas, sino que por tener poros más pequeños también dificulta el ingreso de gotas, sellando todo a su alrededor.
Según la infectóloga Paula Rodríguez Iantorno, el barbijo solo lo debe utilizar el personal de salud en el momento adecuado y los pacientes con síntomas, tanto casos sospechosos o confirmados de COVID-19 como en otras patologías respiratorias: “Deben ser los quirúrgicos, es decir, aquellos que tienen 3 capas, o los N95. Otro material no es suficiente ni está aprobado”.
Pero, para usos comunes, como transitar por espacios públicos y comercios, funcionan los barbijos caseros para disminuir la posibilidad de contagiar a otros. Ya en el caso de que alguien tenga la confirmación del COVID-19, debe emplear barbijos quirúrgicos, según el Ministerio de Salud.
La infectóloga Carla Vizzotti, secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, recalcó en una conferencia del 8 de abril que el uso de este tipo de barbijo podría generar una falsa sensación de seguridad y que, por eso, hay que insistir en que no reemplaza al aislamiento social preventivo y obligatorio, el lavado de manos, el toser y estornudar cubriéndonos con el pliegue del codo, airear los ambientes o limpiar las superficies.
Y agrego: “Si alguien decide usar lo que se denomina barbijo casero, máscara, tapaboca o cobertor de fabricación casera, tiene que saber algunos conceptos importantes: estos deben tener varias capas de tela, tienen que ajustarse a la cara, son de uso individual, deben poder lavarse y reutilizarse”.