Faltan más de 10 años para el Mundial 2030, pero son varios los países que luchan para albergar esa edición, decisión que se tomará finalizado Qatar 2022.
Sudamérica suena muy fuerte. Es que es el centenario de la primera copa del mundo. Aquella vez se disputó en Uruguay; dada la baja calidad en infraestructura que tiene ese país para organizar semejante torneo, los charrúas buscaron en Argentina una aliada. Claro que desde aquí aceptaron la propuesta. Luego se sumó Paraguay, por el peso que Alejandro Domínguez tiene -presidente de la CONMEBOL, instalada en Asunción-.
Pero la bomba la tiró Sebastián Piñera, mandamás de Chile. Anunció que llegó a un acuerdo con Mauricio Macri, Mario Abdo y Tabaré Vázquez para presentar la candidatura conjunta entre los cuatro países para organizar el Mundial 2030.
Las chances de que se lleve a cabo en la región son firmes. Sin embargo, los contrincantes son duros. Hace poco, Luis Rubiales -presidente de la Real Federación Española de Fútbol-, Gianni Infantino -cabeza de la FIFA- y Pedro Sánchez -presidente del Gobierno- se reunieron para intentar confirmar la celebración en España. Las posibilidades el país ibérico son grandes, ya que ofrece un abanico de oportunidades: puede organizarlo en soledad o compartir la candidatura con Marruecos y Portugal.
Pero hay más rivales a vencer. La CAF muestra dos opciones: el Magreb (compuesto por Marruecos, Argelia y Túnez) o una mixta con UEFA (Marruecos con España y Portugal). Otra de UEFA es de Reino Unido (Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte).
El de 2022 será en Qatar, mientras que el de 2026 se disputará en tres tierras: México, Estados Unidos y Canadá.