Cerramos la semana con la visita de la experta en conducta animal para abordar uno de los temas más interesantes. Tips, consejos y claves para que tengas una excelente relación con tu mascota.
Hoy Lule y Simba derribaron un mito y demostraron que los perros adultos también pueden aprender.
Hay distintas creencias con respecto a la edad ideal para enseñarle a nuestros perros. Muchos tutores creen que, si no lo educamos desde cachorro, luego no vamos a poder enseñarle nada, otros creen que el perro se adiestra después del año porque “antes son incapaces de aprender porque sólo piensan en jugar”;
Otras personas opinan que después del año ya no vale la pena enseñarles nada, y dan por sentado que son casos perdidos “porque ya tienen la personalidad formada”, otros creen que “no es necesario educarlos porque a partir del año se calman solos”.
La realidad es que ninguno de los mitos anteriores es correcto, y hay una realidad que todos los que convivimos con perros debemos entender: los perros no aprenden solos, o al menos no aprenden a hacer las cosas del modo en que nosotros lo queremos, claro.
Porque si nosotros no les enseñamos cómo queremos que se porten dentro y fuera de casa, ellos terminarán haciendo lo que les parezca, y ahí es cuando aparecen los famosos problemas de conducta.
Está clarísimo que la educación es una inversión de futuro; un pequeño esfuerzo en los primeros meses de convivencia con un cachorro nos van a ahorrar muchos dolores de cabeza en los años posteriores y van a facilitar bastante la convivencia. Sin embargo, esto no significa que a un perro adulto no podamos enseñarle del mismo modo, y Simba es el claro ejemplo.
A Simba lo encontré siendo apenas un cachorro, y yo en ese momento no tenía idea de perros, y hoy en día me doy cuenta que en los primeros meses de Simba en casa, hicimos TODO mal. Sin embargo, con el correr de los años fui adentrándome en el mundo de la educación canina, aprendiendo mucho más sobre el comportamiento canino, y cuando Simba tenía más o menos 5 años, lo empecé a educar.
Y si bien cuesta un poquito más que enseñarle a un cachorro, porque además de enseñarle cosas nuevas tenés que corregirle conductas mal aprendidas, los perros adultos también aprenden. A Simba por ejemplo lo entrené en obediencia (demostración con Simba: sentado, quieto, distancias, control de ansiedad con comida, responder al llamado, chocar ambas patas)
Lule Domínguez es licenciada en Relaciones Públicas e Institucionales. Su pasión por los animales la llevó a prepararse como educadora canina y especialista en conducta animal. Junto a su mamá es fundadora de la agrupación de rescate “Patitas en Casa”.
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