En la edición del domingo de ‘Periodismo puro’, el filósofo y analista italiano Alessandro Aresu ofreció una profunda reflexión sobre el reordenamiento geopolítico impulsado por la inteligencia artificial, a la que calificó como la ‘invención definitiva’ en respuesta a una pregunta clave de Jorge Fontevecchia.
Aresu, formado en Filosofía del Derecho y conocido por su lucidez en temas de poder global, subrayó que la IA no solo redistribuye el poder entre naciones, sino que también genera nuevos ejes de conflicto al influir en el discurso público y, por ende, en el comportamiento humano. En un mundo donde las tensiones entre líderes de potencias como Estados Unidos y China marcan la agenda, el filósofo llamó a repensar el rol del Estado con una mirada estratégica y democrática para garantizar una ‘soberanía tecnológica’ que evite la dependencia de corporaciones transnacionales.
Ante ello el entrevistado explicó: Existe la ideología de la inteligencia artificial como invención definitiva, lo que constituye, en esencia, una escatología, como ha habido varias a lo largo de la historia de la civilización. Es decir, identificar un momento como el fin del mundo, el fin de la humanidad, y otorgar así importancia a quien puede provocar ese fin del mundo o a quien puede evitarlo (…) hoy, en la tecnología, vemos la secularización de conceptos teológicos como el Apocalipsis y el Anticristo a través de la inteligencia artificial”.
Además, el pensador agregó: “Por un lado, debemos saber de dónde provienen estas ideas: sin duda vienen de la filosofía, de las matemáticas, de la historia de la ciencia, en particular de la filosofía moderna que acompañó al pensamiento científico occidental, autores como Bacon y Leibniz, en especial. Pero luego debemos conocer también el funcionamiento de estos sistemas, y por lo tanto la informática y la ingeniería electrónica”.
Rápidamente el experto acotó: “Debemos comprender las perspectivas de los Estados respecto a estos sistemas, y por lo tanto la situación internacional a través del pensamiento estratégico y la política internacional. Y, además, debemos conocer a los actores de este contexto y de este horizonte, es decir, la historia de las empresas, ya que algunas compañías, como Nvidia o Google, tienen un papel muy significativo en estos procesos”.