En diálogo con Jorge Fontevecchia, el científico israelí señaló que “todas las ciencias y las tecnologías se basan en dos avenidas; una es la de la revolución y la otra es la de la evolución”.
En el caso de la revolución, explicó Shechtman, “alguien hace un descubrimiento de algo nuevo, una nueva ley de la naturaleza, un nuevo material, una nueva droga, algo nuevo es descubierto, una nueva comprensión de cómo funciona uno de nuestros órganos en el cuerpo. Todos estos son descubrimientos muy importantes. Después de que alguien hace un descubrimiento, es cuando esto crea una revolución”.
Luego de ese momento revolucionario “comenzamos el proceso de evolución. Muchas personas comienzan a estudiar el nuevo descubrimiento y observan todos los aspectos”. Un ejemplo de esto fue su descubrimiento sobre materiales cuasiperiódicos.
“Hice un descubrimiento, y mucha gente se unió para investigar el tema. Lo que hicieron fue tomarlo y convertirlo en una ciencia de rápido crecimiento. ¿Qué significa? En primer lugar, repitieron mis experimentos y se demostraron a sí mismos que estaba en lo cierto. Esto podría lograrse en una semana, a veces menos. Entonces comenzaron a investigar otros materiales para buscar materiales cuasiperiódicos, y encontraron muchos. Yo descubrí tres, pero publicaron solo uno basado en el aluminio manganeso. Pero ellos descubrieron muchos más” contó.
Shechtman explicó que “la revolución es el descubrimiento; la evolución es la gente que empieza a estudiar sus propiedades y a descubrir nuevos materiales”. Una gran diferencia entre estos dos momentos de la ciencia es que “la revolución no se puede predecir, sale de la nada. La evolución se puede predecir” afirmó el científico.
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