Edvar Moser: “Si quitas el sentido del espacio y el tiempo, no queda casi nada”

El psicólogo y neurocientífico noruego, ganador del Premio Nobel de Medicina en 2014 explicó en Periodismo Puro cómo funcionan las células que nos permiten ubicarnos en tiempo y espacio.

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En 2014, el científico de 60 años obtuvo el Premio Nobel por descubrir las células de cuadrícula. Esta célula “está activa solo cuando un animal, o también un ser humano, está en un lugar determinado. Y esos ciertos lugares donde la célula está activa forman un patrón hexagonal que cubre todo el espacio. Entonces, es una especie de sistema de coordenadas que nos ayuda a navegar” señala Mosner.

Esta especie de GPS celular es “parte del sistema de navegación del cerebro. Nos ayuda a calcular en qué lugar del espacio estamos. La distancia de un cierto punto de referencia, por ejemplo, puede expresarse mediante los patrones que disparan las células de cuadrícula. Así que es al menos parte del sistema que utiliza el cerebro para saber dónde estamos”.

Las células de cuadrícula se relacionan con las de lugar. Las primeras “son probablemente más como un sistema de medición para realizar un seguimiento de dónde estamos en las distancias y direcciones” mientras que las segundas se relacionan con “lo que recordamos sobre ese entorno”. 

Moser agrega que esas y otras células ayudan a crear un “mapa cognitivo” que “es, ante todo, un mapa de base, un mapa de nuestra ubicación en el entorno”. El psicólogo amplía el concepto y afirma que no es “solo un mapa de ubicaciones en nuestro entorno, sino también un mapa que incluye información sobre los diferentes lugares del entorno. Por ejemplo, si tengo un mapa de mi casa, eso no solo incluiría las relaciones espaciales de ese mapa, sino también información sobre que hay, por ejemplo, en la cocina e información sobre para qué se usan esas cosas. Entonces, es un mapa muy rico que, en el sentido en que se introdujo este concepto, incluye gran parte de nuestra experiencia sobre el mundo”.

Esta capacidad de “navegar” es “importante para todos los animales, porque si un animal no sabe dónde está o no sabe cómo llegar de un lugar a otro, seguramente no sobrevivirá porque no encontrará alimento, no encontrará pareja, no podrá escapar de los depredadores”. Es por ello que Moser cree que “esto debe haber surgido muy temprano en la evolución porque todos los animales dependen de conocer dónde están y saber cómo llegar de un lugar a otro”.

Este complejo sistema de células nos permite ubicarnos espacio temporalmente. “Es muy difícil pensar en cómo sería la conciencia si no tuviéramos espacio y tiempo. El espacio y el tiempo son absolutamente fundamentales en cómo experimentamos el mundo. Si imaginas una experiencia en la que quitas el sentido del espacio y el tiempo, no le queda casi nada” concluye el neurocientífico.

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