Encontraron siete cuerpos pudriéndose en la morgue de un sanatorio clausurado
El centro de salud estaba cerrado desde octubre, pero seguía recibiendo cadáveres. Una denuncia por "olores nauseabundos" permitió descubrir que almacenaban los cuerpos en una morgue sin refrigeración
La Policía de la Ciudad junto a la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (UFEMA), detectaron en una inspección en una clínica privada del barrio de San Nicolás , siete cadáveres en estado de descomposición. Los cuerpos estaban en una especie de cámara sin refrigeración.
La denuncia fue recibida por “olores nauseabundos” dentro del Sanatorio Ramón Cereijo, ubicado en Lavalle 1686 en Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se constató que la cámara mortuoria no funcionaba: el olor venía de la putrefacción de los restos de siete personas. El lugar se encontraba clausurado desde fines de octubre, el establecimiento seguía recibiendo los cuerpos. De los siete que se encontraban en la morgue, el primero había llegado en la víspera de Navidad, cuando el lugar ya se encontraba cerrado, de acuerdo a testimonios de funcionarios cercanos a la causa.
Se desconoce cuándo cesó el refrigerio en la morgue. La fuerza policial, trabaja con autoridades judiciales para determinar cómo se avanza con el caso. “Se están haciendo consultas con el juzgado para ver qué se hace y dónde se trasladan los cuerpos”, precisaron a La Nación.
Dos cuerpos fueron retirados por familiares, mientras que los otros cinco fueron trasladados por la Red BASA, una compañía que administra casi una veintena de sanatorios distribuidos en la ciudad y la provincia de Buenos Aires. Según indicaron autoridades cercanas al caso, se dispuso que el ministerio de Salud de la Nación y la Dirección General de Control Ambiental de la Ciudad (DGCONTA), realicen informes sobre la correcta guarda de los cuerpos, acorde a los protocolos vigentes.