Por Martín Mena (@martinnmena)
Sergio Vázquez analizó al equipo en la previa del duelo entre Argentina y Venezuela por los cuartos de final de la Copa América 2019. Campeón de este certamen en 1991 y 1993, se alejó de dos opiniones que se han popularizado: la necesidad de una renovación en la Selección y la disconformidad con que Lionel Scaloni sea el entrenador.
-¿Qué análisis hacés de Argentina en lo que va del certamen?
-Veo bien a la Selección, en un lógico proceso de armado. Va a llevar su tiempo, hay que entenderlo y pensar en lo que viene. Hay que bancar al cuerpo técnico que está y apoyarlo para que todos se sientan a gusto.
-Hablás de bancar al entrenador y sus ayudantes, mientras son muy criticados y cuestionados. ¿Creés que debería seguir en el cargo luego de la Copa?
-Sí, porque tiene un muy buen cuerpo técnico. Me encantaría que le den el tiempo necesario para armar un buen proyecto de acá a diez años.
-¿Qué expectativas tenés, luego del funcionamiento que se vio en los tres primeros partidos?
-Nunca tuve grandes expectativas en este torneo, porque todos, desde la gente hasta los periodistas, pidieron una reestructuración y, cuando se hace eso, no se puede esperar nada.
-¿Y te gusta esa reestructuración o querías seguir viendo a la última camada?
-No estoy de acuerdo con esta renovación de la Selección. Un equipo que llega a tres finales distintas no puede ser reestructurado. ¿Sabés cuántos en el mundo querrían llegar a tres finales? Habría dejado a la base de los finalistas, con algunos cambios por una cuestión generacional, pero me hubiese gustado seguir viendo a los mismos.
-¿Cómo juega en la cabeza de los futbolistas la presión que se ejerce por no ganar un título desde la Copa América 1993?
-El problema de Argentina es que la gente y el periodismo destruyen a los que son ídolos. El que juega bien, va a jugar bien toda la vida. Lo digo por Messi, Agüero, Higuaín y varios más. Lo que hicieron con Diego desde el 83 hasta que salieron campeones del mundo en el 86 fue increíble. ¡Decían que era un burro! Imaginate la presión externa que tienen estos pibes, porque les siguen pegando por una cuestión de destrucción, pero no por jugar bien o mal.