El vestuario español se dividió por el caso Lopetegui
Con Sergio Ramos a la cabeza, algunos de los referentes respaldaron al entrenador, mientras que muchos de sus compañeros se sintieron defraudados.
Si algo estaba fuera de los planes de España, se trataba de esta consecución de hechos: Real Madrid anunciando la contratación de Julen Lopetegui una vez finalizado Rusia 2018, el despido del DT a días del inicio de Mundial y la asunción de Fernando Hierro al frente de La Roja. Detrás de cada uno de estos acontecimientos hay una historia y la más interesante desde la óptica futbolera es la división en el vestuario español.
Luis Rubiales voló desde Moscú hasta la Academy del FK Krasnodar con la determinación de echar a Lopetegui. Sin embargo, antes, quería reunirse con el DT y los jugadores para analizar fríamente la situación. El exarquero nunca mostró predisposición para dar un paso al costado; sumado a esto, los referentes le dieron su respaldo. Sergio Ramos, líder y capitán, Andrés Iniesta y David Silva encabezaron el apoyo; a ellos se sumaron Gerard Piqué, Sergio Busquets y Pepe Reina, aunque con menor énfasis. Los motivos que dieron para pedir al continuidad del director técnico fueron estrictamente futbolísticos: que la Selección no maneja los mismos tiempos que un club para realizar un cambio tan radical de manera brusca; que fueron a Rusia a disputar el título más importante, que se juega sólo cada cuatro años; que puede ser la última opción para muchos de ellos; y que, siempre que una bomba de este estilo estalle, en la intimidad deben subsanar los daños. Nada de esto sirvió para que el presidente de la Real Federación Española de Fútbol cambie su postura: echó del cargo al vasco y, horas después, Hierro tomó el fierro caliente.
¿Cuál es el quiebre que hay en el vestuario? Lopetegui tuvo un discurso muy claro hacia sus futbolistas durante la concentración: les pidió que no piensen en sus clubes, en futuros fichajes -sobre todo a quienes tienen el porvenir entre signos de pregunta- y que se enfoquen en el objetivo actual. La contradicción se dio con palabras y con hechos, por lo que decepcionó a una buena parte del plantel. Ramos se encontró solo en esta batalla; quería que el DT siguiera sí o sí, no sólo por la cercanía al debut mundialista. Apenas los madridistas se mostraron de acuerdo con él. El resto de los históricos no y, puertas adentro, la división es notoria.
Luego, el central de Real Madrid publicó en Instagram un mensaje de tranquilidad, a dos días del debut ante Portugal.