Chiche Gelblung recordó sus días como corresponsal en Vietnam: “El olor de la guerra es terrible”
En una entrevista exclusiva con Héctor Maugeri en +Caras, el reconocido periodista hizo un impactante repaso de sus coberturas bélicas, recordando las experiencias vividas durante la guerra de Vietnam y su impacto en la carrera periodística.
En una nueva emisión de +Caras, Héctor Maugeri recibió a Chiche Gelblung, quien repasó algunos de los momentos más trascendentales de su carrera como periodista, destacando las coberturas realizadas en conflictos bélicos como la guerra de Vietnam. Durante la charla, Gelblung reflexionó sobre cómo estas experiencias marcaron su vida profesional y personal, subrayando que “el olor a guerra no se olvida” y que estos episodios dejaron una huella imborrable en su memoria.
Conocido por ser uno de los periodistas más versátiles y audaces de Argentina, el trabajador de prensa narró cómo logró cubrir la guerra de Vietnam en una época donde los corresponsales enfrentaban grandes riesgos en el terreno. Además, reflexionó sobre los desafíos del periodismo de guerra, un área que definió como “crucial para comprender la humanidad en sus extremos”.
Su relato permitió entender no solo la crudeza de estos conflictos, sino también la importancia de documentarlos desde el lugar de los hechos. “Te cambia la vida, la gente no tiene ni idea del olor de la guerra, el olor de la sangre cuando la tenes cerca”, enfatizó el periodista.
Seguido de ello el invitado agregó: “Estuve dos veces en Vietnam, una vez complicada porque fue la caída de Saigón, ahí sí estuvo mucho más complicado. La guerra tiene olor y el olor de la guerra es terrible. Cuando ves la guerra entendes que la guerra es lo peor que puede pasarle a la gente. Volvés diferente. Oler la sangre es terrible. Es una sensación muy movilizadora”.
Asimismo Gelblung señaló: “Nosotros nos fuimos de Saigón, en medio de la caída, el último avión que salía era de China, bajamos en Longpengzhen, Longpengzhen en ese momento estaba peor que Vietnam, bajamos del avión, nos vamos caga…a tiros. Logramos escaparnos de ahí. Conseguimos refugiarnos en un hotel que estaba abandonado y finalmente llegamos a Tailandia, cuando llegamos a Tailandia, yo no había ni dormido, ni comido y yo lloré 24 horas seguidas, era el estrés post traumático”.
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