Elizabeth Loftus: “Es relativamente fácil distorsionar la memoria de alguien”
Durante la entrevista que Jorge Fontevecchia le realizó en Periodismo Puro, la psicóloga estadounidense describió el proceso de formación de recuerdos y analizó cómo puede impactar una memoria falsa en casos judiciales y fake news.
Para la especialista en los procesos de reconstrucción de la memoria, “nuestros recuerdos son reales hasta cierto punto” y eso no suele ocasionar un problema en la vida cotidiana. “Realmente no importa mucho si te digo que anoche cené una hamburguesa en vez de pollo” pero, en otras circunstancias “las distorsiones de memoria más pequeñas pueden marcar la diferencia”. “Cuando se trata de algunos asuntos muy importantes en la vida como casos criminales” estas fallas “pueden arruinar la vida de alguien” señala.
Estas distorsiones no siempre producen efectos negativos porque, en ocasiones, “permiten que las personas se sientan un poco mejor consigo mismas”. Loftus señala que “curiosamente, las personas deprimidas no hacen eso con tanta frecuencia”. La psicóloga explica que “las mismas características que se aplican a los recuerdos verdaderos también se aplican a los recuerdos falsos” y destaca el hecho de que un recuerdo nos emocione, no lo convierte en verdadero. “Las personas pueden ser muy emocionales acerca de sus falsos recuerdos”.
La especialista sostiene que “ la memoria es una actividad constructiva, en la que no estamos reproduciendo ni grabando sino que estamos tomando fragmentos de información, y uniéndolos para construir lo que se siente como un recuerdo”. Dado que en esta construcción participa lo que vemos en los medios y en Internet se hace “relativamente fácil distorsionar la memoria de alguien”.
“El hecho de que nuestros recuerdos sean susceptibles a la desinformación y la distorsión nos enseña sobre la naturaleza constructiva de la memoria” afirma Loftus. La entrevistada entiende que “tanta ficción dando vueltas en nuestros bancos de memoria, es una sensación incómoda” y aconseja que “aprendamos a vivir con eso”.
“Hemos aprendido a vivir con el hecho de que nuestra vista puede empeorar, y así lo corregimos para que podamos ver mejor. Aprendamos a vivir con los recuerdos maleables que tenemos, hagamos lo mejor que podamos con ellos y tratemos de vivir con ellos de manera que sean útiles para nosotros y para los demás, y no dañinos” concluye la especialista.