Richard Bernstein: “Los extremos son una verdadera amenaza para la Argentina”
El filósofo analizó nuestro país y la historia de Estados Unidos en una entrevista imperdible con Jorge Fontevecchia para Periodismo Puro.
Durante su paso por Periodismo Puro, Richard Bernstein fue consultado sobre su extensa carrera como filósofo. A los 89 años, el principal exponente del pragmatismo estadounidense asegura que “filosofar es empatizar”. Su obra representa la confluencia del pensamiento de su país y del europeo: pensadores como Richard Rorty, Jürgen Habermas o Jacques Derrida establecieron un diálogo afectivo e intelectual con este pensador que sigue considerando que el progresismo y el humanismo son formas sabias de comprender el mundo.
Al definir al pragmatismo, comentó: “Una persona es pragmática si sabe cómo lograr sus fines particulares. Esa es la forma en que lo utiliza frecuentemente el periodismo. Pero creo que, en la concepción filosófica, siempre hay una especie de dimensión crítica del pragmatismo: tomar distancia y evaluar lo que está sucediendo. Una característica que creo que tiene el pragmatismo filosófico es lo que llamamos falibilidad. El falibilismo es la doctrina que dice que nunca se puede tener una certeza absoluta, que se evita todo absoluto, dogma, pretensión de conocer la verdad. Que se está dispuesto a someter las ideas a la prueba pública, a la discusión y al diálogo”.
Sobre la situación de Argentina, explicó que si bien existen lo que llaman “populistas extremos”, también hay un tipo de “populismo positivo”: “Estuve en Buenos Aires varias veces y me ha impresionado lo que considero son los movimientos progresistas, gente que intenta conseguir una mayor igualdad para las mujeres. Mujeres que se preocupan por los derechos humanos, por las cuestiones de derechos. Percibo que hay una sociedad más progresista. Veo el poder de todo aquello. Y también veo paralelismos con los extremistas de los que me desvinculo, que se llaman populistas pero que realmente no piensan en un sentido progresista. Hay una ironía aquí porque en este país el populismo, a principios del siglo XX, era un término positivo, no negativo. Hoy se convirtió en negativo”.