Bodyshaming: ¿qué significa y por qué hay que repudiar las opiniones a cuerpos ajenos?
Desde hace varias décadas, principalmente, la mujer sufre de "humillación corporal" tanto en la vida real como en la telaraña de las redes sociales. Claribel Medina, Matilda Blanco, Adriana Salgueiro, Daniela Pantano y Priscila Martínez reflexionaron al respecto y compartieron sus experiencias.
En el último siglo, la mujer fue puesta en la mira por su belleza física y su cuerpo: en un mundo machista, el colectivo femenino está permanentemente bajo la lupa, siendo mirada y hasta “calificada”. El hecho de juzgar y criticar un cuerpo se volvió casi como una práctica deportiva social y debe ser totalmente repudiado.
Este miércoles, en Tarde de Brujas, el panel abrió el debate y llamó a la reflexión al desarrollar el concepto de “bodyshaming”; en su traducción al español, “humillación corporal”. La propuesta de dialogar al respecto surgió por declaraciones de distintas artistas populares como Tini Stoessel o Jimena Barón que, si bien podría decirse que son personas “hegemónicas”, ellas sufren por los comentarios constantes de los haters, ya sea por su apariencia, alimentación, estilo de vida, etc.
Según la estilista de moda, Matilda Blanco, para hacer un poco de historia, indicó que hay cosas que “corresponden a determinadas épocas”: en el renacimiento, la mujer tendía a ser más “gordita”; en los años sesenta, “era más Twiggy” (refiriéndose a la primera super modelo del mundo). Hoy día, la panelista observó que la mujer “curvi” está “muy puesta en el tapete” como símbolo de la belleza.
Asimismo, la asesora de imagen expresó su mayor deseo personal de que la sociedad pudiese razonar sobre la “diversidad” de la belleza, para que se pudiese entender que “la armonía es belleza y no la perfección”.
Por su parte, Daniela Pantano afirmó que también sufre de “odio” en sus redes sociales, particularmente, a través de los comentarios que ciertos usuarios de Instagram le escriben. “Me afecta un montón”, expresó la panelista de Tarde De Brujas. Incluso, reveló que, para su trabajo en una obra, le dijeron: “Bueno, unos kilitos menos ahora antes de arrancar”.
