Compradores compulsivos: cuando el placer de gastar pone en riesgo nuestra economía
La psicóloga Celia Antonini explicó en "Toda la vida" por qué muchas veces gastamos de más. También brindó consejos para controlar el impulso y saber cuándo pedir ayuda.
Pasar por la vidriera de un shopping o por la puerta de un lindo restaurante puede generarnos unas ganas incontrolables de comprarnos ropa o cenar afuera. No importa si después hay que hacer malabares para llegar a fin de mes, el placer que nos da esa compra es irresistible.
“La satisfacción que te da comprar algo hace que uno segregue una hormona que se llama dopamina que produce placer” explica Antonini. La psicóloga agrega que “al gastar liberamos 150 nanogramos de dopamina”. Para tener dimensión de cuánto significa esto se puede comparar con hacer ejercicio que produce entre 300 y 500 nanogramos o tener un orgasmo que genera 500.
“La dopamina nos lleva a hacer cosas de las cuales uno después se arrepiente. Es lo que te lleva a comer, beber o fumar por ese bienestar inmediato que produce aunque el malestar venga más tarde” señala Antonini. En esos momentos, la psicóloga recomienda controlar ese deseo durante dos o tres minutos. “Si uno aguanta ese tiempo, baja la necesidad y se puede controlar la conducta”.
Un dato que agrega la profesional es que cuando se juntan dos personas gastadoras no gastan el doble. “En las parejas pasa que si hay dos personas que gastan mucho uno de ellos automáticamente empieza a gastar menos. Uno de los dos pone el límite”.
Este hábito de gastar nos puede generar algunos problemas financieros pero no es una patología. El momento de consultar a un profesional es “cuando se empieza a tener gastos importantes que destruyen nuestra economía. En esos casos hay que comenzar un tratamiento” concluye Antonini.