Leonardo Grosso descartó que Cristina Kirchner le haya declarado la guerra a los movimientos sociales
El diputado por la Provincia de Buenos Aires y referente del Movimiento Evita señaló no estar de acuerdo con lo manifestado por Luis D'Elía. Asimismo, aseguró que lo que existe es un problema interno de como ven el mundo del trabajo.
Leonardo Grosso fue uno de los invitados durante la mañana de este jueves en Modo Fontevecchia. El referente del movimiento Evita habló sobre lo dicho por Cristina Fernández de Kirchner en su discurso del día lunes en el marco del día de la Bandera. Aseguró que mucho de lo planteado por la vicepresidenta tiene que ver con la falta de comprensión de la dirigencia argentina sobre la economía popular.
“La discusión de la economía popular con Cristina y el Frente de Todos es larga. Conseguimos la personería social el último día de su gobierno. Lo veníamos planteando desde el 2011, es un tema profundo que ahora se mete en la grieta del Frente, pero también obedece a discusiones de fondo”, comentó, afirmando que muchos sectores de la política argentina tienen una mirada de desarrollo clásica “pero es más complejo porque la clase trabajadora no es la misma”, señaló Grosso.
En este sentido, indicó: “Hoy es un privilegio ser explotado por el capital. Hay que abordarlo con políticas, pero si empezamos por los planes hablamos del 10% de los trabajadores de la economía popular”. Por otra parte, Grosso, descartó que Cristina Kirchner le haya declarado la guerra a los movimientos sociales, esto, tras una consulta realizada por Nuria Am sobre su opinión por lo manifestado por Luis D’Elía, quien denunció que la vicepresidenta había arremetido contra estas organizaciones.
“No hay ninguna guerra acá”, enfatizó. “Las organizaciones sociales son el resultado del neoliberalismo, como dijo Cristina. Esto empezó con la dictadura militar y dejó a más trabajadores por fuera del sistema. Nosotros crecimos con Néstor y Cristina porque hubo una política distinta”, aseguró Grosso, insistiendo que no existe ninguna guerra con la expresidenta, sino, un problema interno a raíz de una discusión política por cómo ven el trabajo.
