Por qué a muchas personas no les gusta ser abrazadas
La ciencia buscó investigar por qué hay personas que aman y otras que odian dar o recibir abrazos.
Los abrazos son un hecho en los que las personas no suelen tener un punto medio. Mientras que algunas los aman a otras le resultan una situación incómoda e innecesaria.
La revista Time publicó un estudio de Comprehensive Psychology en donde ahondan sobre el tema. Para los expertos puede estar relacionado con la crianza de cada uno.
“Nuestra tendencia a involucrarnos físicamente, ya sea abrazándonos, palmeándonos la espalda o uniéndonos con un amigo, es a menudo un producto de nuestras experiencias de la primera infancia”, explicó Suzanne Degges-White, profesora de Consejería y Educación del Consejero en Northern Illinois University.
Según la investigación, las personas criadas por padres que daban abrazos frecuentemente tenían más probabilidades de que le gustaran en edad adulta. El análisis concluyó que “abrazarse es un elemento importante en la educación emocional de un niño”.
Por el contrario, quienes fueron criados por no devotos de los abrazos, la sola idea de abrazar podría hacerles sentir incómodos. “En una familia que no era típicamente demostrativa físicamente, los niños pueden crecer y seguir el mismo patrón con sus propios hijos”, comentó Degges-White .
Aún así, señaló que muchas veces este hecho puede generar un efecto opuesto: “Algunos niños crecen y se sienten “muertos de hambre” por el contacto y se convierten en personas que no pueden saludar a un amigo sin un abrazo o un toque en el hombro”.
Ya sea que haya crecido en una familia que siempre se abrazó o se crió en un ambiente que carecía de contacto, estos factores pueden dejar un impacto fisiológico duradero.
La profesora de psicología de la Universidad de Notre Dame, Darcia Narvaez agregó que hay dos formas principales en que no tocarse puede afectar a un cuerpo en crecimiento: puede conducir a un nervio vago subdesarrollado llegando a disminuir la capacidad de las personas para ser íntimas o compasivas, o bien puede generar un sistema de oxitocina subdesarrollado. Esto es importante ya que las glándulas que liberan la hormona pueden ayudar a los humanos a formar vínculos con otras personas.
Como prueba de esto Narváez mencionó a un grupo de huérfanos rumanos, que fueron el centro de un estudio de 2014 sobre el impacto duradero del abandono en las mentes en desarrollo. Según el estudio, los huérfanos rumanos que fueron adoptados tenían sistemas de oxitocina defectuosos. Sin esta hormona, puede ser más difícil captar las señales sociales e incluso ser más sociable. Así que los abrazos y el tacto son increíblemente importantes para los jóvenes, incluso si no te gustan particularmente como adultos.
A su vez el estudio determinó que la autoestima y los problemas corporales también tienen un papel importante. “Las personas que están más abiertas al contacto físico con los demás suelen tener mayores niveles de confianza en sí mismo mientras que aquellas que poseen niveles más altos de ansiedad social, en general, pueden dudar en involucrarse en toques cariñosos con los demás, incluidos los amigos”, desarrolló Degges-White.
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