Una mendocina hizo cumbre en el cerro Manaslu en el Himalaya, la octava montaña más alta del mundo
Laura Horta, profesora de matemáticas y decana de la Facultad de Educación de la Universidad Juan Agustín Maza, tuvo que soportar temperaturas por debajo de los 38 C para llegar a la cima de la sexta montaña más letal de las “ochomiles”.
Dentro de las elevaciones que superan los 8 mil metros sobre el nivel del mar, las “ochomiles” como se las conoce en el mundo del alpinismo, el Manaslu es considerado el sexto cerro más letal para los alpinistas que deciden escalarlo. Laura Horta se convirtió, el 28 de septiembre, en la primera mujer mendocina en llegar a la cima.
Durante la travesía, la deportista de 53 años tuvo que soportar 38 grados bajo cero y sufrir la pérdida de movilidad en tres de sus dedos debido al congelamiento. En las fotos se la puede ver atravesando un inmenso e imponente recorrido blanco lleno de obstáculos y pendientes.
La carrera alpinista de la protagonista no comenzó hace tanto tiempo. Fue hace apenas seis años y su primera cumbre fue el Aconcagua de 6.956 metros, el pico más alto de América. Luego de esa experiencia y apoyada por su entrenador Sergio Furlán, se decidió a encarar este nuevo desafío.
La proeza de Horta no solo radica en haber escalado la sexta montaña más letal de las 14 ‘ochomiles’ sino que llevó la presencia de la mujer a una disciplina mayoritariamente masculina. “¡Estoy inmensamente alegre! ¡Viví la cumbre del Manaslu con tanto gozo! Son un sinfín de emociones profundas que día a día transitan mi corazón y las iré compartiendo. Y hoy ya estoy muy feliz, de regreso en casa, junto a mis tres hijos (de 30, 25 y 23 años) y mis afectos” declaró la deportista a Télam.
Para costear la expedición de US$ 25.000, Horta vendió su camioneta. La subida no fue sencilla y atravesó momentos de cansancio y tensión. Cuando llegó al campamento 3 ubicado a 6.800 metros de altura tuvieron que descender debido a la intensa lluvia que podría provocar una avalancha y poner en riesgo su vida.
Finalmente, y gracias a unos pocos días de clima benigno, decidió ir directo a la cumbre. Objetivo que consiguió el 28 de septiembre y con el que quiso demostrar que se puede ser “ochomilista” y “se puede seguir siendo madre, seguir siendo ama de casa y seguir siendo profesora y decana”.
