Stefi Roitman y la odisea que vivió por su perro Mao
La actriz compartió las horas de angustia y nervios que vivió junto con su pareja, Ricky Montaner, porque su mascota no pudo viajar en su mismo vuelo. Por el momento, el clan Montaner dejó los Estados Unidos y está en el país haciendo la cuarentena en su casa.
La actriz y host televisiva, Stefi Roitman, regresó a la Argentina por varios compromisos laborales que está realizando en simultáneo. Además, acompaña a su prometido, el musico venezolano Ricky Montaner, quien integra el jurado del reality musical ‘La Voz Argentina’ (Telefe).
Pero, en medio de la mudanza, su mascota, Mao, quedó varado en los Estados Unidos ya que no pudo ir en el mismo vuelo que la pareja. Así fue que -a duras penas- los novios viajaron sin su “hijo de cuatro patas”.
Fueron cuatro días de crisis e insomnio para la ahora empresaria de la moda, ya que tuvo que gestionar el arribo de su mascota al país, en medio de una gran incertidumbre sobre su destino.
Lo que también aumentó sus nervios fue que tanto ella como los integrantes de la familia Montaner que la acompañan, están aislados por protocolo sanitario dispuesto por el Gobierno, por lo que están cumpliendo una cuarentena obligatoria sin poder salir de su hogar.
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Quienes estuvieron presentes en el momento de la llegada del perro fueron su hermana, Chantal Roitman, y sus padres. La familia de la actriz lo recibió y le dio la bienvenida tras un largo y angustiante proceso que duró unas siete horas en total.
Cerca de las 17 horas del pasado sábado, Mao se reencontró con sus “papás humanos” en la casa donde se están hospedando. Fue el musico, Mau Montaner, quien tomó registro con su teléfono celular del minuto a minuto de ese emotivo suceso. Su esposa, Sara Escobar, también estuvo presente y acompañó a la joven pareja hasta la entrada de la casa para saludar al animal.
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El bicho fue adoptado por Roitman y Montaner en marzo de 2020, cuando la dupla ya había formalizado su noviazgo y se encontraba aislada en Miami por la pandemia de Coronavirus.
