Jorge Garcia Cuerva: “La vida de todos es una película con final abierto”
El recientemente nombrado Arzobispo de la ciudad de Buenos Aires se refirió a los comentarios negativos que recibió por el nombramiento. El sacerdote explicó también por qué prefiere hablar de “herida” y no de “grieta”.
Jorge García Cuerva es abogado, a los 49 años ya era obispo y a los 55 el Papa Francisco lo nombró Arzobispo. Durante su vida ha realizado un gran trabajo social especialmente con las personas pobres de La Cava y el Talar de Pacheco. Cuando recibió su nombramiento fue señalado críticamente como kirchnerista y peronista.
García Cuerva opinó al respecto que “cuando uno no tiene un conocimiento de otra persona más que lo que se pueda reducir a una foto o a un video editado, hace que uno tenga una mirada parcial sobre la otra persona”. El Arzobispo entiende que “la vida de nadie es una instantánea, una foto. La vida de todos es una película con final abierto. Así que yo lo que les pido a todos es que nos demos la posibilidad de conocernos”.
Las reacciones negativas que generó su nombramiento “tienen que ver también con las reacciones que estamos ya acostumbrados que haya hacia el Papa Francisco. Entonces, indirectamente, también había como una molestia para con él”.
El sacerdote se define “siempre en relación con los vínculos”, se considera “un tipo transparente, que dice lo que piensa” y es “muy sensible”. En relación a la polarización que existe en nuestro país, el teólogo entenderla de otra manera.
“Yo vivía en la villa La Cava, teníamos en el patio una grieta, las napas están muy arriba y por lo tanto, se movía. En varias ocasiones quisimos arreglarla. Esto era cómo cerrarla, cada albañil o vecino tenía una receta, y siempre uno se daba cuenta de que la grieta se volvía a abrir o que nada era solución. Cuando pienso en las heridas, creo que todos tenemos la experiencia, por lo menos físicamente, de que las heridas en algún momento pueden cicatrizar. Si son bien tratadas y bien limpiadas, las heridas pueden cicatrizar. Con lo cual, yo tengo la esperanza de que esta herida que duele en las entrañas de nuestro pueblo pueda cicatrizar y en algún momento ser parte de nuestra historia”, reflexionó el sacerdote.
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