Dan a conocer los peligros de los ‘Baby Reborn’ en la salud mental
En ‘Tarde de Brujas’, Anamá Ferreira y su equipo, junto a la Lic. Beatriz Golberg, analizaron la tendencia de los bebotes realistas y los riesgos psicológicos que representan para sus compradores.

La moda de los Baby Reborn, muñecas hiperrealistas que imitan a bebés reales, ha ganado popularidad en todo el mundo, pero también ha encendido alertas sobre su impacto en la salud mental, según se debatió en ‘Tarde de Brujas’. Estos muñecos, que pueden costar entre 50 mil y 500 mil pesos, son adquiridos por coleccionistas, personas en duelo por pérdida de hijos o quienes buscan llenar vacíos emocionales, según expertos.
La psicóloga Beatriz Golberg, convocada por el programa, exploró cómo esta tendencia puede reflejar necesidades emocionales no resueltas, en donde expresó: “Es terrible lo que han conseguido, es increíble como son bebés que están hechos a medida, no molestan tanto como un bebé real pero realmente son increíbles los fallos judiciales que están entrando por la tenencia de estos bebés”
Seguido de ello la experta explicó: “Es increíble cómo uno lo humaniza, por más que de ternura y que no sienta que parecen bebés de verdad uno no puede intercambiar, uno ve lo que quiere. No hay interacción, uno no recibe ni da al otro nada, es como que uno tiene algo narcisista que uno hace con el otro como un objeto, lo que quiere, es una cuestión que no es normal, no es normal que uno se apasione, una cosa es de niña que una quiere hamacarlo, tiene un vínculo que llevan a la plaza, hasta las chicas saben que el bebé es un juguete”.
Además la especialista agregó: “Es como una necesidad, para mi tendrían que adoptar a alguien, pero el adoptar implica un compromiso con alguien, esto no tiene compromiso con el otro. Esto de alguna manera es descartable”.
Por otra parte la consultada explicó.: “No se puede sentir lo mismo con un muñeco por más bien logrado que sea, esta es una cuestión que no le hace bien, tampoco le hacemos bien a la mujer que se apasiona con esto (…) para ellas el bebé es como un objeto, no les interesa tanto lo que reciben, ellas sienten lo que quieren de alguna manera, acá no hay una devolución”.